jueves, 3 de julio de 2008

El relator sobre intolerancia de la ONU alerta de la escasa presencia de la religión en el espacio público.

Representantes de trece religiones y confesiones y el alcalde de Barcelona reciben a Doudou Diène en el Ayuntamiento de la ciudad.
El individualismo, el materialismo y el consumismo pueden llevar a ver "con susceptibilidad" el hecho religioso, y a hacerlo poco visible en el espacio público. Una tendencia peligrosa, porque las religiones pueden ser una buena ayuda para lograr la paz y el diálogo. Esto ha explicado esta mañana el relator especial de la ONU sobre formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas relacionadas de intolerancia, el senegalés Doudou Diène, durante su visita al Ayuntamiento de Barcelona. Le acompañaban el alcalde Jordi Hereu, el concejal de Derechos Civiles Joaquim Mestre y la comisionada de Asuntos Ciudadanos Cati Carreras, y le oían unos 30 representantes de asociaciones religiosas de Barcelona. Había católicos, ateos y musulmanes sunitas y chiítas, pero también protestantes, hinduistas, judíos, adventistas y bahá'is, entre otros. Didié ha visitado Cataluña y quería oír sus comentarios sobre la situación de sus creencias y del diálogo entre ellas en la capital. No ha escuchado muchas quejas.
Una la ha formulado Albert Ribas, presidente de Ateos de Cataluña, que ha reclamado que se tenga en cuenta el ateísmo como opción de conciencia a la hora de organizar el diálogo entre confesiones. Sin embargo, la crítica más contundente la ha formulado Ali Abbas, portavoz del centro islámico Al-Qaim, que agrupa a musulmanes chiítas. Abbas ha asegurado que "el Gobierno español defiende el ateísmo", y ha advertido que después de "un ataque a la religión mayoritaria" les llegará el turno a las pequeñas. Pese a estos temores, Abbas también ha subrayado que la colaboración con el Consistorio es buena.
Otras agrupaciones se mostraban igualmente contentas con el Ayuntamiento y la situación del diálogo interreligioso en Barcelona. Este diálogo funciona y es cordial, explicaba la comisionada del alcalde Cati Carreras. Una impresión que confirmaba Jorge Burdman, el responsable de la Comunidad Israelita de Barcelona, mientras conversaba amigablemente con Abbas y otro representante chiíta.
Hereu ha preferido no entrar en el debate sobre la presencia pública de las religiones, y ha subrayado la importancia de fomentar la comunicación interreligiosa. "La reunión de hoy es una expresión de la ciudad que queremos construir", ha concluido en su intervención ante el relator.

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